Debido a que las ondas emitidas por las antenas de las estaciones bases de celulares, coinciden con el espectro de los órganos humanos es que estas radiaciones alteran procesos tan importantes como la división celular, la comunicación intercelular y el funcionamiento de los distintos órganos.
En efecto, el electroencefalograma muestra que las ondas cerebrales Alfa, Delta y Theta están entre 0 y 12Hz y por esta razón las radiaciones electromagnéticas de modulación utilizadas por la telefonía celular afectan la actividad eléctrica y electroquímica del cerebro y de la misma forma alteran la permeabilidad de la barrera hemato encefálica y a su vez degradan el sistema inmunitario, la degradación del sistema inmunológico produce disminución de las defensa naturales del organismo, lo que nos hace más sensibles al contagio de enfermedades infecciosa producidas por bacterias, virus (SIDA, influenza, etc.) y además el debilitamiento del sistema inmunológico tiene un efecto directo en la capacidad del organismo, para desarrollar cáncer.
En los estudios hechos en seres humanos expuestos a éste tipo de ondas, se han encontrado alteraciones en el electroencefalograma, efectos sobre la presión sanguínea, alteración de la memoria, dolores de cabeza, aumento del estrés, aumento de la irritabilidad y lo que es mas serio: una alta incidencia en la enfermedad de Alzheimer.
Peor aún, las ondas electromagnéticas de baja frecuencia producen rupturas de las cadenas de DNA lo que produce la formación de aberraciones cromosómicas, que genera el desarrollo de tumores.
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